Un karai se fue como si nada a una dependencia policial para denunciar que se le había perdido su “cérdula”. El hombre se presentó ante el guardia y le explicó que no tenía ni idea de dónde lo que fue a parar su documento. Entonces, cumpliendo con los trámites de rigor, se le pidió que porfa pase los datos. Cuando lo hizo, ¡sonaron las alarmas! Había sido que el fulano cargaba con un finado.
El hecho se dio en la ciudad de María Auxiliadora, en Itapúa, hasta donde un prójimo de más de 50 años se acercó. Sin embargo, una vez que contestó a cuál era su nombre completo, en seco los oficiales de la sede policial procedieron a leerle sus derechos y ponerle pulseritas de plata porque, había sido, pesaba una orden de captura contra el mismo por un hecho de homicidio doloso que se le abrió en la ciudad de San Juan Nepomuceno.
El mismo quedó a cargo del Juzgado de la causa para aclarar la sitú.
#CRONICAPY