Panorama Fronterizo

El fallecimiento súbito de Ninfa Morales, la abogada que cumplía una condena de 22 años por asesinar a la actuaria judicial Verónica Gariazu, dejó en la historia criminal, un caso de ‘obsesión fatal lésbica’.

En el juicio que condenó a Ninfa, se reveló la razón que la impulsó a asesinar a Vero, aquel 10 de octubre de 2014. La abogada se había enamorado de la joven, quien en reiteradas ocasiones la rechazó, invocando su preferencia heterosexual, y que estaba enamorada de su entonces pareja, Diego Coronel, quien inicialmente fue el sospechoso de perpetrar un supuesto feminicidio.

Ante la negativa de Verónica, la abogada decidió matarla. Para el efecto conminó al guardia privado Juan Carlos Vergara, a conseguirle un arma de fuego, pagándole por ello la suma de 500.000 guaraníes.

Con el revólver la mujer asesinó a la joven a balazos en la compañía Yka’a de la ciudad de Luque. Tras perpetrar el crimen, abandonó el cadáver en el vehículo de la víctima. En el desarrollo de la pesquisa, el guardia Vergara se quebró y confesó que él fue el que proveyó el arma a la abogada, por lo que, luego en el juicio recibió una condena de 2 años y 11 meses de cárcel por complicidad.

Para la condena de Ninfa, las fiscalas Cynthia Espínola y María Luján Estigarribia, aseguraron que se probó que la asesina actuó con “energía criminal” en el caso, pues disparó tres veces a su víctima para asegurar su muerte.