Con armas de guerra y unos 40 hombres que atacaron a policías en Canindeyu, la banda liderada por alias Macho, desató el envío de alrededor de 200 policías a la zona en la que opera el criminal.
Felipe Santiago Acosta Riveros, alias “Macho“, es sindicado como líder de la banda que atacó a seis policías, los mantuvo como rehenes, hirieron a un agente y amenazaron de muerte “si volvían a pisar su territorio”.
“Macho” está acusado por varios crímenes, en uno de los cuales ya fue condenado a 25 años de prisión, específicamente en el caso del estanciero japonés Hiroyuki Arai, al que mató y enterró en su misma casa. En abril del 2005 fue condenado por el hecho.
En mayo del 2011 el delincuente huyó de la cárcel de Ciudad del Este, en un confuso episodio en el que se habló de una presunta coima que habría pagado a guardias de esa repartición penal.
“Macho” fue recapturado en el 2015. En el 2017 volvió a huir, tras un más que sospechoso permiso médico, que le permitió una prisión domiciliaria y borrarse del mapa.
Se le atribuye en la actualidad, el montaje de un negocio de plantación, acopio y comercialización de marihuana en el departamento de Canindeyú
Según reportes de los investigadores, tiene en la región una propiedad de 150 hectáreas, en donde a través de indígenas contratados, siembra cannabis.
Además de esa actividad ilícita, le adjudican participación en asaltos en rutas, principalmente a camiones transportadores de mercaderías.
Anexo a esos crímenes, lo señalan como un emergente líder de sicarios que accionan a ambos lados de la frontera paraguaya-brasileña.
El despliegue de su poderío, en el que “presentó” a alrededor de 40 hombres armados, con armas de guerra, desató la decisión de la cúpula policial, de enviar a 150 hombres de operaciones (sumados a las de otras dependencias) a la zona en donde activan Macho y su banda.
A la par de esto, el comandante de la Policía, Carlos Benítez, destituyó al Crio. Princ. Reinaldo Delgado, tras conocerse que el criminal afirmó a los agentes a quienes retuvieron, que tienen comprados “a todos los policías del departamento”.
Un informe sobre el episodio de los seis policías, en el que se omite datos claves del hecho, refuerza la teoría de que el alto jefe policial, cometió complicidad o ineficacia manifiesta.
El comandante policial confirmó que 150 policías de diversos departamentos internos, sumado a otros que darán apoyo, fueron llevados al lugar donde operan los delincuentes.