Desde los 7 años vende cosas por la calle. El trabajador les dijo que su comentario no le afecta, ya que es un laburo honesto.
Desde el jueves pasado, Julio González (32), comenzó nuevamente a vender chipas en el semáforo del Área 4 de Ciudad del Este, y el martes, encontró a dos “amigos”, que fueron sus excompas del cole, y uno de ellos se burló de él por ser chipero.
“Yo me acerqué a saludarles con toda la educación, pues después de meses vuelvo a ese lugar con mis ventas, a lo que uno de ellos se refiere al otro en forma de burla diciendo: ‘mañami nde, kóa ja peicha guarántema voi’ (mirá este ya es para quedarse así nomás ya) y me quiso achicar, pero yo no dejé que eso pasara”, dijo a EXTRA el vendedor.
Según contó, a los 7 años él ya salía de su casa con un canasto por el brazo, pues ayudaba a su mamá vendiendo, chipas, empanadas, pan quesu, marinera, entre otros, por lo que desde siempre aguantaba todo tipo de comentarios.
“Yo le respondí amablemente les dijo que es un gusto volver a verlos después de mucho tiempo y con respecto a su comentario les dije que estoy feliz trabajando y ganando dinero con sacrificio, ‘tu comentario no me afecta, sino que me impulsa a sobresalir aún más hacía adelante’ y me retiré”, alegó el vendedor.
Julio dejó por un tiempo este trabajo y se dedicó a ser moto Bolt, pero debido a la inseguridad y más que en su zona se robaba mucho a los Bolt, decidió volver a su antiguo puesto, de vendedor.
A las 5:00 puntualmente él ya está en el semáforo, ofreciendo educadamente sus productos y para eso de las 8:00 o 8:30 ya vende todas las 80 unidades de chipa que retira de una chipería. Va a su casa y a las 14:30 sale nuevamente con su canasto hasta las 18:00 vendiendo hasta 100 unidades en ese horario.
“Todo trabajo conlleva sacrificio, a mí me gusta vender y seguro para ellos no es salir adelante, pero para mí es todo lo contrario, yo sé que algún día tendré mi propia chipería”, dijo el hombre que es papá de tres criaturas.
El mismo señaló que ya pasó de todo en la calle, al igual que muchos vendedores, pues la gente les trata mal.
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