El destino es ese acontecimiento del que ninguna persona puede escapar. Esa palabra es, quizás, hermosa y clave para empezar a contar la historia que hace unos años comenzaron a escribir Ana Fernández y Arturo Quintana.
“Voy a salir a bailar, luego vuelvo a casa tranquila y relajada”, pensó Ana cuando, hace unos años, encaró rumbo a una fiesta. No andaba en busca de pareja, pero la casualidad le tenía otros planes escritos.
Entre música y música, Arturo, la veía bailar desde lejos mientras pensaba formas de encararla. De pronto se animó y, en medio de algunos pasos de baile, ambos se miraron a los ojos y sintieron el flechazo. fue único. Hermoso. Pasaron los días y se hicieron novios y, unos años después de aquel primer encuentro, ambos decidieron casarse. En las últimas horas dieron el «si, acepto» en una emotiva ceremonia.
Hasta aquí todo parece una hermosa y romántica historia de amor entre dos personas que lo darían todo por la relación que llevan. Solo que hay un detalle que, para los protagonistas de esta relación, son solo número que no tienen importancia. Ana tiene 72 años y Arturo, 40. Se llevan 32 años, pero nunca se sintieron intimados por la edad.
“Ellos se conocieron bailando, les gusta mucho salir a bailar. Desde el día uno en que se vieron se gustaron, me dijo mama”, contó a Crónica, Carolina, una de las hijas de doña Ana, quien confesó que al principio les costó aceptar la relación debido a que pensaban en que podría tratarse de una burla por parte de Arturo, pero el romántico hombre se ganó el respeto de todos con su buen trato, compañerismo y fidelidad. En cada paso demostraba que la relación es un compromiso, respeto auténtico y amor verdadero.
“Nosotras al principio, te soy sincera, no estábamos de acuerdo con mi hermana porque la diferencia (de edad) es muy grande y pensábamos que él se burlaba de ella, que solo quería pasar el rato, pero con los años nos demostró que él la amaba incondicionalmente y contra viento y marea”, dijo. “Mi mamá era viuda, ha sufrido mucho, pero Arturo le devolvió las fuerzas de seguir confiando en el amor”, expresó.
Incluso, Carolina dio un ejemplo de cómo Arturo demostró que estará para su ahora amada esposa en todo momento, incluso en las adversidades y sin dar importancia a los prejuicios de muchas personas. “La gente es muy cruel, ellos recibieron muchas críticas durante su noviazgo. Muchos se burlaban y pensaban que el amor con esa diferencia de edad no existe, pero nosotras con mi hermana tenemos comprobado que si se puede. Cuando mamá estaba enferma de Covid e influenza al mismo tiempo y casi muere en 2021, él no se apartó de su lado.Siendo negativo a la prueba, arriesgó su vida en el pabellón de la muerte de un hospital, sin separarse de ella ni un minuto. Ahí es donde nos mostró que el amor es posible y que no hay barreras”, confesó.
Finalmente, la pareja, que sigue los pasos de Ña Rufina y Juan Ramón, dio el “si, acepto”, rodeado de sus seres queridos, amigos y conocidos. “Ojalá la gente confíe en el amor”, señalaron. Actualmente se encuentran vendiendo todas sus pertenencias porque irán a vivir a España en busca de mejor vida.
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