Panorama Fronterizo

Cinco presos murieron en un motín que se extendió por casi 24 horas en una prisión de máxima seguridad en el estado brasileño de Acre (norte), informaron este jueves las autoridades.

La rebelión mantuvo en vilo a Rio Branco, capital de dicho estado, desde la mañana del miércoles hasta las 7H00 (10H00 GMT) de este jueves, cuando los presos se rindieron tras largas horas de negociaciones, indicó el gobierno de Acre en un comunicado.

Como saldo, “cinco detenidos fallecieron”, detalló.

Además, según se informó la víspera, resultaron heridos un policía, por el roce de una bala, y dos presos, uno de los cuales fue dado de alta.

El motín se inició después de que “13 detenidos intentaron huir” de la cárcel Antonio Amaro, pero los guardias que custodiaban el lugar lo impidieron, detalló la nota.

Entonces, un agente penitenciario y un detenido responsable por la limpieza fueron tomados como rehenes, añadió el comunicado, aclarando las primeras informaciones oficiales que indicaban que se trataba de dos policías.

Los presos estaban fuertemente armados: la policía recuperó 15 armas de corto y grueso calibre tras la rendición, se informó.

“Todas las circunstancias serán debidamente investigadas, y vamos a empeñarnos en corregir las fallas que ocurrieron” en la prisión, dijo el secretario de Justicia y Seguridad Pública de Acre, citado en la nota.

El gobierno local montó un comité de crisis para intentar controlar la situación, con la colaboración de las autoridades en Brasilia.

La operación demandó alrededor de 200 policías, incluyendo fuerzas especiales y refuerzos enviados por el gobierno federal.

Los disturbios que resultan en muertes son frecuentes en las cárceles superpobladas de Brasil, cuyo sistema tiene un gran déficit de plazas.

Hasta diciembre de 2022, la población carcelaria del mayor país sudamericano ascendía a 643.137 detenidos, según datos difundidos por la Secretaría Nacional de Políticas Penales.

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