Panorama Fronterizo

Había sido el teléfono fue robado en asalto. El hombre dijo que gastó platal para poder demostrar su inocencia.

Rodrigo Ramón Ramírez (39) compró un celular Samsung Galaxy A03 para regalarle a su hijo, pero jamás pensó que iba a entrar en un lío judicial de la gran siete.

El señor colocó su chip en el celu y allí comenzó su calvario. El IMEI del teléfono se activó, la policía rastreó a quién pertenecía el chip y la Fiscalía sacó una orden de captura por hurto y por reducción en contra de Rodrigo.

El afectado, poblador de la ciudad de General Díaz, en Ñeembucú, contó a EXTRA su increíble historia.

Todo empezó el 29 noviembre pasado, cuando le mandó a su cuñado a comprar el aparato por 750 mil guaraníes, de una casa comercial. Después de poner el chip, pasaron los días y debió hacer un viaje, pero fue atajado en un control policial, en zona de San Pedro.

Los policías le pidieron su cédula y después le dijeron que tenía orden de captura por robo agravado y reducción. “Así como Condorito, me caí de espalda cuando me mostraron en la computadora mi foto y la orden de captura”, dijo Rodrigo.

“Los policías me dijeron que si informaban me iban a apresar y me pidieron dos millones y medio de guaraníes, tuve que darles para que me suelten”, dijo.

Volvió a su casa, contrató un abogado, quien averiguó que el celular fue robado en un asalto a mano armada a un camión transportador el año pasado en Yguazú – Alto Paraná.

20 millones le salió

“No salí más de casa para que no me apresen y el 23 de julio declaré en la Fiscalía de Yguazú, entregué el celular y los recibos de compra”, relató.

Rodrigo dijo que gastó G. 20 millones para demostrar que no tenía vela en el entierro en el asalto y la reducción del celular, que compró legalmente.

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