«Vayanse todos de mí, la sangre de Cristo tiene poder» repetía un joven que ayer fue detenido por la policía.
Al parecer el hombre es amigo de lo ajeno y fue pillado por lo que la policía lo detuvo. Pero llamó la atención que apenas se lo agarró, el hombre comenzó a orar.
«Reprende Señor Jesús toda obra del mal» repetía mientras la prensa le preguntaba por qué fue agarrado.