Panorama Fronterizo

El problema de la inseguridad en el país tiene un formato nuevo aplicado desde la administración estatal, el modelo conocido como Bukele.

De ausencia del Estado en focos de alta incidencia criminal, a presencia masiva y con todo el poder de fuego de las fuerzas del orden (Policía Nacional y FF. AA.), el modelo Bukele implantado por el Ejecutivo, sigue generando ‘onda expansiva’ en cuanto a debate.

Para el sociólogo Carlos Peris, el mensaje que resalta de las primeras medidas adoptadas por el Gobierno contra grupos del crimen organizado, tiene el formato de la metodología adoptada por el presidente salvadoreño.

“No solo por el tipo de procedimiento que se llevó a cabo con oficiales encapuchados e internos tratados de una manera particular, sino también por las declaraciones emitidas por varios funcionarios, algunas de las cuales resaltan la necesidad de adoptar la lógica de Bukele. Bukele, más allá de los resultados, es sinónimo de la mano dura, un discurso que, históricamente siempre ha tenido más adeptos, especialmente en sociedades conservadoras, como es el caso de Paraguay”, expresó Peris.

En el ámbito político, en tanto, por primera vez desde la toma de mando de la nueva administración, en el sector opositor hubo unanimidad de apoyo a la acción llevada a cabo en la cárcel de Tacumbú.

Después del episodio en el penal mayor, el ataque al grupo de alias Macho en Canindeyú también fue furibundo. Los 9 muertos y 9 detenidos en filas de los delincuentes minaron significativamente el poderío construido por el ahora criminal más buscado por la Policía.

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